El administrador de una copropiedad el representante, es decir, la persona jurídica ante los diferentes mecanismos de control, según lo estipulado por la Ley 675 del 2001. Debido a esto, debe poseer una ética profesional fuerte, lo cual le va a permitir cumplir las normas o protocolos para garantizar una gestión administrativa transparente y exitosa. 

La ética profesional se refiere al comportamiento correcto de un profesional en determinado ámbito que regula las actividades que lleva a cabo dentro de su espectro laboral, es decir, el correcto accionar de él al momento de realizar sus funciones. Con este concepto se busca regular las conductas para el desempeño de las funciones de una posición dentro de un marco ético.

Se hace necesario que el representante jurídico de la copropiedad se apropie del código ético del administrador, allí encontrará acciones y principios básicos que debe conocer para garantizar su gestión bajo las premisas de buenos valores y acciones transparentes en pro del desarrollo de la copropiedad. Recordemos que, este código se crea a partir de la premisa de no afectar o hacer daño a terceros por encima del bienestar propio del funcionario. Por tal motivo, es fundamental que cada copropiedad tenga en cuenta este tipo de documentos a la hora de contratar los servicios de un administrador, ya que se convierten en la pieza clave para dejar en claro sus funciones y compromisos con la comunidad residencial.

 

 

Existen varios tipos de condiciones en la ética profesional. Aquí en Logity te explicamos los más importantes:

  • Competencias: Exige a la persona tener los conocimientos, la destreza y la experiencia necesaria para prestar su servicio a la comunidad.
  • Servicio al cliente: La actividad del profesional solo se califica como buena, cuando el sentido moral se pone verdaderamente a disposición del cliente.
  • Solidaridad: Las relaciones de respeto y colaboración que se establecen entre sus miembros, son la base del actuar del administrador y evitan que se llegue a cometer acciones o incurrir en la práctica de actividades que pongan en tela de juicio su honor y responsabilidad dentro de la copropiedad.
  • Honestidad: Uno de los puntos más importantes a la hora de hablar de ética profesional, ya que la verdadera calificación de la gestión de un administrador se mide por la organización y transparencia que tiene en todos sus procesos.

 

Por tal motivo, el administrador de propiedad horizontal debe cumplir como mínimo con estos códigos de ética profesional, garantizando una gestión administrativa con procesos transparentes que buscan un bien en común para todos los miembros de la comunidad.

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